Avowed: Un regreso mágico al RPG en primera persona

Si llevas años explorando mundos fantásticos con un mando o un teclado en la mano, sabes que encontrar un RPG en primera persona que realmente te atrape no es tarea fácil. Por eso, cuando Avowed llegó a mis manos, no pude evitar sentir una mezcla de expectación y escepticismo. ¿Podría este spin-off de Pillars of Eternity llenar el vacío que dejó Skyrim en mi corazón de jugador adulto?

Avowed es un triunfo para Obsidian y una joya para los amantes del RPG fantástico. No es perfecto, pero es uno de los mejores juegos de este año en Xbox Game Pass y un recordatorio de por qué seguimos volviendo a estos mundos.

Desde el primer momento, Avowed te sumerge en las Tierras Vivas de Eora con una perspectiva en primera persona que se siente fresca y vibrante. Olvídate de compararlo con Skyrim, Avowed es otra bestia, una que combina la narrativa magistral de Obsidian con un mundo que pide a gritos ser explorado. Como enviado Aedyrano y Godlike —un ser “bendecido” (o maldito, según a quién le preguntes) por un dios—, aterrizas en Paradis, una ciudad marcada por el imperio y la misteriosa plaga del Dreamscourge. Y ahí, entre hongos de colores y ruinas antiguas, comienza una aventura que no te suelta.

El punto fuerte de Avowed es, sin duda, su narrativa. Los compañeros son un espectáculo: Kai, un gigante bonachón con un humor que te saca una sonrisa incluso en los peores momentos; Marius, un enano cazador que no duda en decirte tus verdades; o Giatta, una animancer con opiniones tan afiladas como su intelecto. Cada uno tiene su propia historia, y sus intervenciones en tus decisiones —desde liberar a un asesino hasta enfrentarte a una inquisidora fanática— hacen que el viaje sea personal y emocional. No hay romances aquí, y no los necesitas: Obsidian ha apostado por relaciones profundas y significativas sin caer en clichés.

El combate es otro acierto. Como mago con varita y grimorio, lanzar hechizos y mandar enemigos a volar por los barrancos es puro placer. Es rápido, fluido y te permite experimentar con builds variadas, aunque confieso que tardé en adaptarme tras tantas horas en RPGs en tercera persona. Sin embargo, el sistema de compañeros en pelea decepciona: dar órdenes se siente innecesario cuando la IA ya hace el trabajo por ellos. No es un desastre, pero podría haber sido más memorable.

El mundo de Eora brilla con una mezcla de belleza visual y lore intrincado. Leer diarios escondidos o descifrar la historia de los Godless me tuvo pegado a la pantalla más tiempo del que quiero admitir. No necesitas haber jugado Pillars of Eternity para engancharte; Obsidian te da las herramientas para entenderlo todo sin abrumarte. Eso sí, echo en falta más cinemáticas contundentes para algunos momentos clave. El apartado gráfico es espectacular, pero a veces el impacto narrativo pide más punch visual.

No todo es perfecto…
¿Defectos? Varios. La ausencia de marcadores personalizados en el mapa me tuvo maldiciendo mi memoria en más de una ocasión, y ciertas decisiones de calidad de vida, como una interfaz algo tosca, piden a gritos un pulido. También eché en falta un clima dinámico —ni lluvia, ni nieve, nada que dé vida al ambiente—, más variedad de enemigos y puzles para romper la rutina, y, por qué no, un modo foto para inmortalizar esos paisajes de Eora.